El ojo es un sistema óptico especializado, similar a una cámara fotográfica que recibe la imagen del exterior y la transporta a través de un sistema de lentes para ser enfocada en la retina. Cuando el enfoque sobre la retina no está dado perfectamente, aparecen los errores refractivos como hipermetropía, miopía o astigmatismo.
En la Hipermetropía la imagen no logra su foco sobre la retina, si no en un punto posterior del ojo, ya sea porque el sistema de lentes es muy débil o el ojo es demasiado pequeño.
Con este defecto de refracción se tienen problemas de visión a distancias cortas, logrando ver con mayor claridad a distancias largas. Sin embargo, en una persona hipermétrope la visión de objetos a largas distancias implica un cierto grado de tensión de los músculos intraoculares para poder enfocar la imagen correctamente sobre la retina. Por este motivo son frecuentes los problemas de cansancio visual en los pacientes con hipermetropía.
El tratamiento de la hipermetropía busca ubicar el foco de la imagen de una manera clara sobre la retina, esto se logra mediante la utilización de gafas con lentes convergentes, lentes de contacto, cirugía refractiva con láser o cirugía refractiva con lentes intraoculares.
No todos los sistemas láser están en capacidad de proporcionar un buen resultado en cirugía de hipermetropía, por esto cuando se decide realizar cirugía láser de hipermetropía es importante asegurarse que se cuenta con equipos aprobados por la FDA (organismo de control en Estados Unidos) para la corrección de este defecto.
Los pacientes hipermétropes usualmente tienen un menor tamaño del globo ocular, favoreciendo la aparición de glaucoma de ángulo cerrado después de los 40 años. Es fundamental que después de esta edad, todo latino realice exámenes cada 2 años en busca de glaucoma de ángulo cerrado y en especial en pacientes con hipermetropía.
Información suministrada por el Doctor Francisco Rangel Rueda, Médico Cirujano y Oftalmólogo - Alta Visión