MENOPAUSIA Y SALUD VISUAL
La menopausia se define como el cese permanente de la menstruación y tiene correlaciones fisiológicas, con la declinación de la secreción de estrógenos por pérdida de la función folicular de los ovarios. Es un paso dentro de un proceso lento y largo de envejecimiento reproductivo.
Para la mayoría de las mujeres este proceso comienza silenciosamente alrededor de los cuarenta y cinco años, cuando el ciclo (o período menstrual) empieza a ser menos regular. La disminución en los niveles de las hormonas sexuales, estrógeno y progesterona, causa cambios en la menstruación hasta producir su cese definitivo.
La menopausia es una etapa importante en la vida de la mujer caracterizada por cambios físicos y emocionales. Algunos de esos cambios se pueden manifestar en la aparición o el empeoramiento de síntomas a nivel ocular, y cambio en el pronóstico de los procedimientos tanto médicos como quirúrgicos a nivel del ojo y sus anexos.
Estudios clínicos demuestran una estrecha relación entre el desarrollo del síndrome de ojo seco (SOS) y el inicio de la menopausia, reafirmando esta asociación el hecho de que dicho síndrome sea mucho más frecuente en mujeres que en hombres. Las superficies de la conjuntiva y la córnea contienen receptores que por efecto, entre otros, de las hormonas sexuales, modifican la calidad y la cantidad de la película lagrimal.
Se ha encontrado que después de la menopausia se producen cambios en la curvatura de la córnea que pueden sumarse a aquellos asociados con la edad (presbicia), alterando la agudeza y la calidad visual.
También los métodos empleados en el tratamiento de los síntomas menopáusicos pueden producir cambios importantes en la función visual y aumentar la severidad de cambios ya instaurados. Estudios clínicos han comprobado que el empleo de la terapia de reemplazo hormonal (TRH) puede empeorar los síntomas del SOS y que la posibilidad de presentar regresiones después de procedimientos refractivos (como el LASIK) son mayores en las mujeres bajo este régimen.
Es importante que esté atenta a cualquier cambio en su calidad visual. Síntomas como sensación se cuerpo extraño a nivel ocular, lagrimeo por uno o ambos ojos, disminución de la agudeza visual, regresión después de procedimientos de cirugía refractiva, entre otros, pueden estar asociados a esta etapa de su vida pero deben ser tratados por su médico oftalmólogo. Acuda oportunamente si presenta cualquiera de ellos.
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